En
el Universo nada se pierde, sólo se transforma una y otra vez.
Alguien
que ha encontrado a su alma gemela es una persona que, de alguna manera, ya no
está en el aprendizaje a través de las relaciones de pareja, sino que ya es
capaz de generar constantemente el amor incondicional; ya no tiene nada que aprender
a través del dolor, sufrimiento o frustración que toda relación basada en la
fricción o en la lucha conlleva.
El
amor no es posesión, sino celebración.
Es
un libro que el principio está bien porque te aporta conocimientos como los
tipos de relaciones que pueden existir como las relaciones Marcianas. Una
relación basada en un amor a primera vista, donde existe pasión, pero terminan
en dolor. O la Mercurial que es cuando nos convencemos que es la real.
Hay
conceptos básicos que sirven para reforzar nuestras ideas como el de “si tu autoestima no está bien, seguirás
atrayendo relaciones de aprendizaje y no de celebración”.
Y
puestos a reflexionar piensa en “si
abrieras la puerta y quien está enfrente eres tú ¿Te enamorarías de ti? Si es
que sí, vas por buen camino”.
Cuando
uno se ayuda a sí mismo y abandona el papel de víctima sanando su valentía,
todo fluye; empiezan a fluir las causalidades, la ley de sincronicidad. De lectura fácil y rápida y se puede leer ya que hay conceptos interesantes que te hacen reflexionar.